La salud y el correcto desarrollo de los bebes durante los primeros 1.000 días pueden garantizarse con la lactancia materna. Desde su primera hora de vida, los recién nacidos deben alimentarse exclusivamente de leche materna, según la OMS. Además, esta leche, producida por las madres en los primeros días tras el parto, es una rica fuente de minerales como la sal y el zinc, así como de vitaminas liposolubles como la E y la A, potasio y caroteno.
Además, contiene muy poca lactosa y grasa y es rica en proteínas defensivas como la lactoferrina, linfocitos y macrófagos que protegen al bebé de las infecciones ambientales y fortalecen su sistema inmunitario. Además, aquellos que no son amamantados durante la primera hora de vida tienen un riesgo un 86,5% mayor de fallecer en los primeros 28 días de vida.
Nutrientes de la leche materna
Naturalmente, la leche materna también contiene todos los nutrientes, la energía y la protección que los bebes necesitan durante los seis primeros meses de vida. Es fundamental, evitar darles cualquier otra cosa en este periodo, ya que puede interferir en el mecanismo natural de lactancia, porque los nutrientes de esta leche se adaptan a las necesidades específicas de cada niño.
Por el contrario, tanto la lactancia complementaria como la lactancia exclusiva reducen el riesgo de desnutrición, alergias, obesidad, sobrepeso infantil y diabetes tipo 2 a medio, así como el riesgo de infecciones respiratorias, enfermedades diarreicas y otras enfermedades potencialmente mortales.
Beneficios
Los estudios han demostrado que disminuye el riesgo de que desarrolle cáncer de mama o de cuello de útero, previene la anemia, la depresión o la hipertensión posparto, protege contra la osteoporosis, ayuda a recuperar el peso previo al embarazo, ayuda a espaciar los embarazos y mejora la situación económica de la familia porque sirve como fuente primaria de nutrición y protección del bebé, evitando la necesidad de leche artificial y las visitas al médico.
Solo el 38% de los niños de seis meses en el mundo se alimentan exclusivamente de la leche producida por madre. En realidad, los estudios demuestran que los hábitos de lactancia no exclusiva durante los primeros meses de vida son responsables del 11,6% de la tasa de mortalidad en menores de cinco años por causas prevenibles.